Tiene más de atractivo la suficiencia que la carencia, la soberbia que la miseria, la petulancia que la ignorancia... sino cualidades, sí calificativos del orgullo. Y así me honra, me honro, me honras. Que la vanidad hay que buscarla en el espejo. Y en el cristal, la humildad;
que quien nos mira, nos puede ver llorar.
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