viernes, 5 de junio de 2009

La chica que se enamoró de un árbol

De sus fuertes raíces, de su savia fresca, de su firme tronco, y de sus ramas, que se extendían por encima de su altura. De su espesa vegetación, de sus verdes hojas, que se tornaban pardas cuando llegaba el otoño; del rocío que empapaba sus mañanas. Se enamoró de su sombra en los días de sol, de su cobijo cuando llovía. Se acostumbró a notar el viento cómo soplaba desde su copa... y se dejó mecer. Así se enamoró la chica del árbol.

Se enamoró también de la tierra que le alimentaba e imaginó un día yacer bajo ella, y estar así, cerca de él.

(Hasta que llegó la tala... y se fue todo, la chica, el árbol, la tierra y sus frutos, a tomar por c***!)

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