Nunca he sido una persona posesiva, ni tampoco caprichosa, pero últimamente siento la imperiosa necesidad de tener (y nunca un verbo fue empleado tan adecuadamente):
Mi casa, Mi coche, Mi vida
Me descubro en ese punto, en que harta de prescindir de todo, necesito concederme, permitirme regalarme. Liberar esa vena consumista y colmarme de pequeñas satisfacciones materiales. Desatar ese egoísmo innato en el ser humano y mimarme hasta el repudio.
Mío, mío, mío. Quiero, quiero, quiero. Todo, todo, todo.
Porque no se puede compartir lo que no se tiene y yo siento que no tengo nada....
1 comentario:
No sabes cómo te entiendo, y comparto al mismo tiempo, todas y cada una de tus palabras.
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