Que aquel que te quiere, no te haga llorar. Nunca.
Tras años y años arrastrando ese común sentimiento trágico de la vida, empapada del dramatismo romántico tan propio de artistas y almas sensibles, hoy he visto con alba claridad, que si bien y empleado como motor reflexivo tiene meritoria aunque discutible justificación, a efectos prácticos empero, no es sino sufrimiento, y absolutamente evitable. Otra cosa es queramos, sepamos, podamos y sintamos que queremos evitarlo.
Y por eso, os digo, y lo digo no sólo con el corazón de quien ama, ni con la esperanza de quien busca ser amado, sino con la absoluta certeza de quien sabe amar y se ha sentido amado... que quien bien te quiere, no te hará llorar.
Ni una lágrima que no sea por amor, que no sea de felicidad, que no sea por gozo, júbilo o alegría.
(It's quiet in the streets now...)
1 comentario:
Bienaventurados los ojos que te leen pues ellos leerán la verdad, pero lo triste es que... cuántas lágrimas le quedan por llorar a estos ojos amados y que aman... hasta que el corazón no sienta ya el dolor seguirán regando unas mejillas que nunca se cansarán de sonreir.
Te he descubierto por casualidad y me encanta esta forma que tienes de transmitir. Llegas hondo....
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