
El lamento es la disculpa de los soñadores, de los ilusos, de los irresponsables; de aquéllos que no creían, no pensaban, no querían...
El lamento es la disculpa de los cobardes.
Yo me lamento, porque lo siento.
Las lágrimas, como el agua del mar, son saladas.
2 comentarios:
Y en el mar las lagrimas nunca se secan. Nunca
( y se disimulan mejor )
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