jueves, 10 de febrero de 2011

Trololo (La la-lala, ha! hahahaha)

A la edad de 3 años encontré a mi madre llorando; intenté consolarla. No supe. Ese día comprendí la desesperación en el llanto de un adulto. Ese día perdí la inocencia.

A la edad de 7 años, tumbada sobre la hierba, vi a un insecto devorar a otro; intenté detenerlo. No pude. Ese día descubrí como funcionaba el mundo. Ese día perdí la fe.

Todo lo que fui perdiendo a partir de entonces lo hice de manera consciente. Cada vez que buscas, pierdes. Cada vez que pierdes, ganas. Si buscas, es que has perdido.

(Por lo demás, todos bien, gracias)

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