(I'm Nothing but useful, Part II: este no, este no vende)
A veces me pregunto cuántos errores se han de cometer para que a uno lo tachen con fracaso. Cuántos mal pasos son necesarios para que te tilden de inútil. Cuántos fallos para que te pierdan la confianza... Y es que que en una sociedad donde él valor de una persona se mide por el resultado obtenido y el éxito seguro, el coraje del que se arriesga, no tiene provecho.
2 comentarios:
Reconocer los errores es lo sano.
Pero la confianza cuesta mucho de ganar y el necio la pierde con ligereza. No todo el mundo merece tu sinceridad.
Metepatas!!! jajajaja
jujuju netepatas!! esas confianzas erti, esas confinazas... ;D
vigila con el queso, roedor... no te pillen el hocico en una trampa! ;P
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