miércoles, 5 de septiembre de 2007

Attack of the Killer Tomatoes!


No me gustan los tomates
. No me gustan ni aliñados, ni al natural. No me gustan ni sólos, ni acompañados; ni en ensaladas, ni como guarnición. No me gustan ni asados, ni crudos, ni en salsa, ni en mermelada. No me gustan los verdes, ni los maduros. Ni los tomates cherry, ni los de huerto.

Y esto es una cuestión de principios. Porque los tomates han resultado ser unos chaqueteros, unos traidores, unos auténticos "esquiroles"...
Aunque como frutas que son por definición deberían alinearse junto a sus congéneres, las manzanas, las peras, los melocotones...; andan camuflándose cual verduras, ocultandose al lado de las hortalizas.
Mirad en las fruterías y en las estantería de los autoservicios... ¿dónde creereis encontrarlos? Por supuesto al lado de los pepinos, de las lechugas de las acelgas frescas, de las judías verdes y cómo máxima excepción, rozando los limones... ¡otros que también andan confundiendo al personal!

Pero me los como. Aún así, me los como. Sí, me los como. Y ¿porqué? Porque, queridos lectores, hay tantas otras traiciones de verdadera importancia que nos tragamos sin pestañear, que una pequeña acidez gástrica no debería suponer freno alguno a la hora de complacer el esfuerzo de un esmerado agricultor o de un entregado anfitrión.




{Aquí hay tomate...}

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