Azuloscurocasinegro

Si por definición, el “negro” se refiere a la ausencia de color, sin duda alguna, hoy mi mundo ennegrece…por momentos.

Hoy es uno de esos día en que la cabeza se te parte en dos y no hay cinta de embalar, ni grapas, ni agujas de tricotar, ni cuerda de barco que logre mantenerla unida.

Hoy es uno de esos días en que te sientes como una de esas pequeñas cabezas de jíbaro que decoran las estancias de los museos de antropología. Falto de líquido y sin cuerpo.

Uno de esos días en que tu boca no debería de servir ni para comer y tu cuerpo se debería de desplazar en posición invertida porque, amigos, hoy es uno de esos días en que todo lo que dices se malinterpreta y todo lo que haces te sale al revés.

Hoy es uno de esos días en que el olor de las mandarinas te resulta repulsivo, las flores te producen alergia y los animales te provocan hurticaria. Hoy es uno de esos días en que miras al sol con ojos achinados. Uno de esos días en que te hundes en los charcos.

Hoy es uno de esos días en que el mundo parece conspirar en tu contra.

Hoy es uno de esos días en que las horas se te hacen eternas. Uno de esos días en que los “no deberías” y los “lo siento” cobran un sentido magnánimo. Uno de esos días en las que las sonrisas te suena a mueca facial y las disculpas a venganza formal.

Y sin embargo, ¿no resulta reconfortante darse cuenta de que si el infortunio universal puede conciliarse en apenas un abrir y cerrar de ojos? Entonces quizá también pueda revolverse y favorecer tu fortuna…
¿no? No.
¿Qué lo detiene? ¡El puto gafe, claro!
¿No podía, el muy desgraciado, mantener el pico cerrado y quedarse tranquilito en una esquina? ¿Qué le impedía, por ejemplo, irse a pescar a Groenlandia y provocar el deshielo terráqueo en vez de venir a jorobar a esta infeliz chiquilla?

Hijos del pensamiento positivo, ¡ir a sonreir a las vacas de la India, a ver que gracia les hace!