Si fueras de espejo, vería mi vergüenza; si fueras de papel, leería mis palabras... ¿acaso eres de cristal? que te miro y no te encuentro. Ya no hablo, ¿no me escuchas?
Si estiro la mano, ¿llegaré a tocarte, llegaré a sentirte?
Dos palabras. Dos piedras. Dos piedras para tropezar dos veces; para notar el sabor de la tiera en la boca, para recordar los golpes... para no olvidar. Dos piedras, una en cada mano, para tener los puños cerrados; una en cada ojo, para no poderlos abrir; una para cada oreja y no tener que escuchar. Dos piedras.. Bastan sólo dos... piedras. Sólo dos palabras.
Alcia despertó. El Mundo de las Maravillas había desaparecido para siempre. La frontera de la ficción había cedido a la realidad. Y Alicia se sentía desnuda; y estaba sola.