A más se me cierran los ojos, más se me abre la boca.
Disfunción.
Te iré a tientas, a la hora de hablar.
A más se me cierran los ojos, más se me abre la boca.
Toda crisis tiene un nombre y una edad. La mía lleva el tuyo, lo recuerdo bien; 8 letras y 5 años... desde que te perdí.
Sé que cuesta más recordar una conversación que un silencio. Por eso, si cuentas mis silencios y las veces que no te contesté (ni me contestaste tú) quizá logres no olvidarme. Confieso que yo, me quedé con tu voz... la boca siempre la tuviste libre y así la dejé.

Dando pie al equívoco y paso al error. Esa manera de caminar, tan mía.
Que el tiempo no calma la pena, pero seca las lágrimas...